La creciente popularidad de las energías limpias ha cobrado especial interés en el ámbito industrial y económico, siendo uno de los ejes fundamentales que direccionan la transformación productiva en los sectores empresariales interesados en mejorar la eficiencia de sus operaciones reduciendo los costos asociados a la implementación de tecnologías sostenibles. La eficiencia energética en el sector industrial permite a las empresas reducir la huella de carbono y el impacto contaminante de sus actividades productivas, aumentando las utilidades, disminuyendo los costos de operación y desde luego fomentando la conservación del medio ambiente a través de la implementación estratégica de energías renovables.

Para Rosaura del Pilar Castrillón Mendoza citada por Centelsa, uno de los grandes retos para la industria nacional consiste en dar cumplimiento a los objetivos de eficiencia energética definidas por la Unidad de Planeación Minero-Energética UPME en el Plan de Acción Indicativo de Eficiencia Energética PAI PROURE 2017 – 2022. La iniciativa en mención establece las estrategias energéticas a alcanzar en los sectores de transporte, industria, comercio y residencial, trazando planes estratégicos de reconocimiento sobre la importancia de las tecnologías limpias impulsadas dentro del marco normativo de la ley 1750 fomentando su uso pleno en el sector industrial colombiano. La implementación técnica en los sectores citados anteriormente tiene como propósito generar un potencial de ahorro cercano a los 22 billones de pesos en caso de cumplir estrictamente los estándares internacionales contemplados por la norma.
De allí se desprende la necesidad de implementar sistemas de gestión energética (SGEn) en la cadena de valor de las industrias nacionales maximizando considerablemente la eficiencia operativa al establecer parámetros de medición y seguimiento estrictos que den cuenta del establecimiento de indicadores y líneas base relacionadas con el consumo actual y los ahorros energéticos alcanzados a largo plazo. En consideración a los aspectos normativos establecidos en el país, Castrillón Mendoza citada por Centelsa reafirma que en el país se otorgan beneficios tributarios para incentivar la migración operativa hacia modelos renovables y autosustentables, favoreciendo a las industrias que interesadas en transicionar a los actuales modelos contemplados por la normativa mundial.
Artículo de interés relacionado: https://www1.upme.gov.co/Paginas/Plan-de-Acci%C3%B3n-Indicativo-de-Eficiencia-Energ%C3%A9tica-PAI-PROURE-2017—2022.aspx
Artículo de interés realacionado: https://www1.upme.gov.co/DemandayEficiencia/Paginas/PROURE.aspx
De este modo la innovación tecnológica se convierte en un factor de extrema competitividad que impulsa la rentabilidad operativa de las empresas circunscritas al modelo de eficiencia energética, acogiéndose a los estándares mínimos de rendimiento energético (MEPS) y etiquetado de equipos exigidos por el gobierno además de adaptarse a las expectativas del consumidor final basadas en el uso de soluciones eficientes y de bajo costo. Para Castrillón Mendoza la medición inteligente y la digitalización son dos alternativas estratégicas clave para llevar a cabo la correcta monitorización de la evolución de la eficiencia energética al interior del ámbito organizacional.

En consecuencia y según Castrillón Mendoza, El PROURE determina las diversas iniciativas a implementar en los sectores económicos de mayor impacto económico para el país, brindando herramientas como el Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (RETIE), Reglamento Técnico de Etiquetado (RETIQ), y Reglamento Técnico de Iluminación y Alumbrado Público (RETILAP). A su vez destaca la importancia de la incorporación de un modelo de auditoría energética basado en la Norma ISO 50002:2014 que permita brindar un estimado actual del rendimiento energético y sus cambios en el tiempo, detectando e implementando oportunidades de mejora en los diferentes frentes productivos que conforman la cadena de valor en las industrias acogidas a este modelo.
Teniendo en cuenta que actualmente las tarifas por concepto de energía en las empresas colombianas oscilan entre un 3% y un 35% de los costos totales de producción a futuro se espera optimizar la eficiencia del suministro eléctrico en el ámbito industrial, reduciendo en consecuencia los costos operativos y el impacto de la huella de carbono, fomentando la creación de nuevos empleos y desde luego incentivando una mejora considerable en la productividad y el acceso a la energía en el país.
Una de las especialidades de TecnoLim es, precisamente, acompañar a las empresas en sus proyectos de eficiencia energética, a través del diseño e implementación de estrategias y planes para mejorar el ahorro de energía y reducir los costos económicos operativos y de mantenimiento, asociados a la producción. Somos auditores de la norma ISO-50001 y como gestores energéticos, podemos diseñar e implementar planes de acción, enmarcados dentro de un Sistema de Gestión de la Energía (SGEn).
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Fuentes:https://www.centelsa.com/blog_centelsa/eficiencia-energetica-en-colombia-2/