Las fuentes convencionales de energía se han basado en el aprovechamiento de los combustibles fósiles y sus derivados, incluyendo el petróleo, el carbón y el gas. Dichos combustibles han sido fruto de la descomposición de restos orgánicos de animales y plantas cuya existencia se remonta a etapas prehistóricas en la formación del planeta, siendo de particular interés dado que se estima su agotamiento durante las próximas dos décadas.

Adicionalmente al panorama anterior que pone de manifiesto la caducidad en las fuentes de generación de combustibles fósiles, encontramos las perspectivas ambientalistas basadas en la preservación ecológica cuya relevancia se ha hecho notable en los últimos años, principalmente a consecuencia de la implementación de nuevas tecnologías y mecanismos de protección medioambiental centrados en la reducción de la huella de carbono derivada principalmente de la quema de combustibles y las actividades industriales en los principales sectores económicos.

De allí se desprende la necesidad de incorporar políticas públicas centradas en el desarrollo e implementación de energías renovables, destacando sus ventajas en comparación con las fuentes de energía convencionales. A la fecha se reconocen dos elementos distintivos que se consagran como el valor agregado representativo de las fuentes de energía primarias ecológicamente amigables: en primer lugar estas provienen de recursos ilimitados y renovables garantizando un suministro constante y segundo, ninguna de las fuentes de emisión de energía verde producen gases de efecto invernadero causantes del precipitado cambio climático.

La energía eólica producida por el viento se ha convertido en una fuente de generación de electricidad basada en el aprovechamiento de las corrientes de aire conducidas a través de las turbinas de un aerogenerador, transformando la energía cinética en cargas eléctricas regulables para usos industriales o domésticos. La ventaja de este tipo de tecnología consiste en la posibilidad ilimitada de mantener una fuente renovable de recursos que no atenta en contra del ambiente y que adicionalmente aprovecha las corrientes de aire que circulan en zonas geográficas específicas para alcanzar una mayor potencia de conversión. Lee el siguiente artículo de interés https://tecnolim.co/2021/11/03/impacto-de-la-transformacion-industrial-en-la-preservacion-del-planeta-importancia-de-los-modelos-verdes-en-la-nueva-revolucion-industrial/

Por otro lado, la energía fotovoltaica hace uso de una parte del espectro electromagnético para derivar energía de consumo regulado. Las celdas específicamente diseñadas para tal cometido están compuestas por semiconductores de silicio sensibles a la luz del sol, que además de aprovechar el espectro visible de la luz acumulan energía calórica en un complejo sistema que mezcla agua y una sustancia anticongelante, derivando en un circuito secundario que proporciona calefacción.

Adicionalmente destacamos la energía solar termoeléctrica capaz de generar electricidad y calor por medio de la captación de luz solar captada a través de espejos y lentes especiales a través de los cuales es calentado un fluido que genera vapor de agua capaz de mover una turbina. Finalmente encontramos la biomasa como elemento productor de electricidad, siendo usada adicionalmente como combustible luego del carbón, el petróleo y el gas. Para mayor información acerca de los servicios de TecnoLim escríbenos al siguiente link https://bit.ly/ContáctoWhatsAppTecnoLim

Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20210818/7666641/que-tipos-energias-renovables-existen-pmv.html